Cuando realicé estos viajes, tomé notas. Necesitaba hacerlo para memorizarlo mejor, poder trasmitirlo y seguir disfrutándolos después. En parte me gustaba, en gran parte me fastidiaba. Porque me obligaba a mucho. Desde mis primeros estudios humanísticos, cuarenta años atrás, escribir mis experiencias empezó como un reto, continuó como un hábito y hoy forma parte inseparable de mi persona. En la "tercera edad" me adapto bien a los medios e inicio otro reto, contárselo al mundo por internet.
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| La Cultura Católica ha marcado mucho mi vida. Esta imagen de Santiago, fotografiada por mí otra vez más el 25.06.12 a las 21,05 h. podría resunir esta historia |
Mis escritos son las anotaciones del momento, con todas las limitaciones y atrevimientos que marcaban las circunstancias. No hay mentiras. Porque siempre he pensado que perjudican mucho más que benefician. En esta nueva versión, escaparate mundial tan extraordinario y peligroso a la vez, estoy obligado a ser prudente.
Al ir leyéndolo, intenta meterte en el protagonista y su época. Analiza las fechas, la situación y la cantidad de datos económicos. Viaja con sus descubrimientos. Al final habrás visto el retrato de una época en un lugar. Y hasta podrás conocer un poco más a la persona que los protagoniza.
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