miércoles, 10 de octubre de 2012

A SALAMANCA CON IBERDUERO

Del 5 al 8 de junio de 1977



Iberduero, la entonces importante empresa de electricidad, nos invitó como accionistas a una excursión de tres dias a visitar sus instalaciones en la cuenca del  Duero y provincia de Salamanca. La ciudad salmantina (Hotel Regio), el Parador Nacional de Tordesillas, el pueblo de Vitigudino y los saltos de Villarino y Aldeadávila, con las extraordinarias y elegantes comidas, fueron atenciones que ya no regalan las sociedades anónimas a sus accionistas. Fue un recuerdo imborrable.

Dulce, con su juventud y sus seis meses y medio de preñez manifiesta -Nerea nació 73 días después-, dio la nota más alegre, humana y valiente del autobús, donde predominaba por edad y vestimenta otro estilo, el de los accionistas mayores y con dinero. Fuimos una inyección de alegría y juventud, que dimos aire fresco y desenfadado a varias comidas y recepciones de etiqueta y bastante tontería.

Localizada en el camarote la carta del menú de la comida principal del viaje, dice así:

“Almuerzo ofrecido por Iberduero, S.A. A los Señores Accionistas de la Empresa:
Salamanca, 7 de junio de 1.977

M E N U

Consomé Montecarlo
Jamón con piña tropical
Salpicón de mariscos
Solomillo “Regio”
Postre:
Ponche de frutas y helado
                    Vinos:                                                                           Licores:
            Cortesía Dulce y San Asensio Seco                          103 Etiqueta Negra
            Campo Viejo Tinto y San  Asensio Rosado               Marie Brizard
            Champán Codorniu                                                   Benedictine
            Café

             Servido por “Hotel Regio” en el Salto de Aldeadávila.

 



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